jueves, 14 de mayo de 2020

50m2 - Día 43

Jueves lluvioso y de nervios, los normales del día previo a un examen. Porque mañana muchas comunidades vuelven a examinarse para pasar a la fase 1. ¿Lo conseguiremos esta vez o acabaremos repitiendo curso? Próximamente en sus informativos y crónicas de confianza.

Hablando de informativos, ya sabéis que suelo ver algún telediario y no hay día que no aprenda algo nuevo. Hoy han dicho que “el 5% de la población española se ha contagiado del virus, por lo que el 95% restante, no” . Grandes mentes, sin duda. Desde Supercoco, en Barrio Sésamo, no había escuchado tal derroche de ingenio. ¿O será que algunas noticias las escriben los mismos guionistas? Tal vez para explicar todo este embrollo de las fases de la desescalada nos vendría bien un Supercoco. “Hola soy Coco, hoy voy a enseñaros lo que es cerca y lejos. Esto es cerca, hasta aquí podéis salir. Esto es lejos, ni se os ocurra” o “esto es muy cerca, mantén la distancia de seguridad”. Creo que podría funcionar.

Día de lluvia, como digo, y se ha notado en las calles vacías. Hoy la lluvia ha filtrado a los deportistas “de verdad”, esos que salen a entrenar haga el tiempo que haga, dejando en casa a los que solo salían por salir. O, haciendo otra lectura de la situación, hoy solo estábamos por las calles los idiotas que no solo han madrugado para salir, sino que además han salido con la que estaba cayendo, cuando estaba claro que hoy era día de cama, de vuelta y vuelta entre las sábanas; pero a pesar de eso, los habituales tampoco han fallado hoy.

Y con tanta lluvia, hoy los patos se han echado a las calles, como la pareja de ánades de la foto que, como veis, se paseaban tan tranquilos, sin mascarilla y sin respetar la distancia de seguridad y lo hacían frente a un coche de la guardia civil sin mayor reparo. Y es que, al menos que yo sepa, el BOE no ha dicho nada de las salidas permitidas en la fase 0 para los patos y seguramente ellos, siguiendo la máxima de “mejor pedir perdón que permiso”, se han lanzado a investigar. No les culpo, simplemente aprendo a compartir aceras con ellos; mucho más fácil compartir acera con dos patos que con un furgón de la policía, porque ¿realmente era necesario que un furgón policial circulase por la acera, en plena Gran Vía, teniendo la calzada completamente vacía? No lo parece, pero quiero creer que sus razones tendrían.

Y esto de compartir calles y aceras manteniendo la distancia de seguridad, en los paseos matutinos es fácil porque no hay mucha gente, y menos los días de lluvia como hoy, pero ayer se me ocurrió salir un rato por la tarde y la situación que encontré fue completamente diferente.  Calles repletas de gente, como podrían estar cualquier día de primavera “normal”, bancos llenos, grupos de gente en el césped. Y efectivamente esto sería lo normal en estas fechas, pero nos olvidamos de que no estamos en una situación normal. Y ayer, en ese paseo rodeada de tanta gente, sentí una especie de “fobia social” (tal y como ha definido una buena amiga) que no había sentido nunca. Y eso que viviendo en el centro de la ciudad, una solía estar más que acostumbrada a estar rodeada de gente, siempre, pero parece que las costumbres cambian rápido y últimamente lo habitual era deambular por calles menos concurridas y, tengo que reconocer, que hasta me gustaba. Aunque realmente lo que quiero, lo que queremos todos, es que esas imágenes de calles y parques vivos vuelvan a ser lo normal y que todo esto pase lo antes posible.

Mañana es San Isidro y sigo sin haber recibido una sola rosquilla del Santo. No lo digo más.

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