Para las tres personas que habéis preguntado qué pasaba con la crónica del día, aquí estamos de vuelta con la crónica número 5 (Ángel, ahórrate la rima fácil, que nos conocemos).
Me he tomado el fin de semana libre porque el viernes, como ya os avisé, salí, y... bueno… se me fue de las manos. Una locura: del salón a la habitación, de ahí al baño, a la cocina, vuelta al salón, vuelta y vuelta en el sofá, a la cama... Un no parar. Sé que en estos momentos puede parecer un exceso, pero oye, hay que darse un homenaje de vez en cuando, y, para eso era fin de semana, ¿no? Pues eso.
Paso a hacer balance del fin de semana para no dejar ese vacío temporal en la crónica.
Bajas: una bolsa de patatas fritas al punto de sal, varias canas, alguna cerveza y medio rollo de papel higiénico (que parece que esto es lo más importante). Altas… altas no ha habido, pero cada día se va perfeccionando la forma de mi culo en el sofá, y eso requiere su esfuerzo.
Y después de tan merecido descanso, hoy he vuelto a mi sesión de fitness. Tres cabezazos con la lámpara para empezar. Que la profe dice que siguiendo sus clases nos vamos a poner duras, y otra cosa no sé, pero la cabeza a base de golpes, desde luego. Por otro lado, empiezo a sospechar que sus piropos no son solo para mí y eso me está empezando a desanimar. Creo que si cerrara la boca un rato, nos haría mucho mejor. Hoy ha dicho “qué buena música, dan ganas de callarse”, pues hazlooooooo!!!! pero creo que a ella le gusta escucharse… En fin, todo sea por mantenernos duras, aunque sea empezando por la cabeza. Eso sí, hoy me ha mandado una amiga (no diré el nombre, ¿vale, Tamara?) otro entrenador personal on-line, que aún no sé si da buenas clases, pero con lo guapete que es, como si me quiere poner a bailar La Macarena (uy, qué mal me está sentando este encierro). Ya os iré contando, ehhhhhhh Macarena, aaaaaaaa.

Por cierto, y ya con esto termino. Entre las cosas que llegan por WhatsApp, he recibido un “manual” de lo que se puede hacer y lo que no. Si salís a la calle, no olvidéis llevar un metro. Al parecer no se puede ir a menos de un metro de distancia de la gente, así que mucho cuidado no os vayan a pillar a 90 cms de nadie. Que digo yo que ya podían dejar esta medida para transitar por la calle Preciados en navidades. No digo más.
Y esta ha sido la crónica del lunes. ¡Ánimo, que tenemos toda la semana por delante…! :-(
Mientras no te hagan ningún control de alcoholemia del sálon a la habitación no hay problema
ResponderEliminar