jueves, 7 de mayo de 2020

50m2 - Día 38

Jueves, y yo que amanecí pensando que ya era domingo…
Cuando he sido consciente del día que realmente era, he vuelto a dormir a ver si en el siguiente despertar había cambiado de fecha; pero no, seguía siendo el mismo jueves de los huevos. Parece que no dormí el tiempo suficiente; y es que además ya no me hace falta ni despertador y a eso de las 7 se me abren los ojos y la cabeza empieza a funcionar; eso sí, a distinto ritmo que el cuerpo, al que todavía le cuesta despegarse de las sábanas, así que le doy un rato más para que se sintonice con la neurona y me pongo en funcionamiento.

Paseo matutino a seguir re-descubriendo la ciudad y a encontrarme con mis habituales: madre e hija corredoras que no fallan y aunque no he vuelto a ver a los otros dos personajes, he añadido a mi lista la chica del gallo tatuado en la pierna y la rubia del vestido de flores. Y, ¿para qué nos sirve esto? os preguntaréis. A vosotros absolutamente para nada, y a mí para rellenar unas cuantas líneas y convertir mis paseos en una especie de juego de búsqueda por la ciudad. ¿Algún psicólogo por ahí? ¿Esto es normal? Tal vez sea efecto de la “nueva normalidad” esa que dicen, porque yo antes no hacía estas cosas… Claro, que tampoco me levantaba a las 7 de la mañana para darme un paseo al sol… Efectos secundarios del putobicho.

Y, como ya dije, en estos paseos sin rumbo y sin prisa da tiempo a fijarse más en todo. En los edificios, en la gente, en las calles… y en las mascarillas. Porque ahora que parece que son tendencia en esta temporada primavera-verano, las hay para todos los gustos. Están las de quirófano, esas azules que nos otorgan a todos el título de medicina a tan solo 96 céntimos; están también las de tipo carpintero, las que te hacen pico de pájaro, las artesanas con telas de colores, los pañuelos de bandolero… Pero sin duda, mis favoritas son las pantallas protectoras de plástico que cubren toda la cara. Bueno, que cubren toda la cara las que están bien hechas o bien puestas, porque las he llegado a ver a media cara, dejando la nariz y la boca al aire, muy efectivas, claro que sí. Yo sigo con mi idea de enfundarme en plástico de burbujas, aunque con estos calores, se suda un poco. Seguiré barajando alternativas.

Y mientras tanto seguimos esperando a que el gobierno nomine a las comunidades que pasan a la siguiente fase; aunque visto el paroxismo con el que discurren los últimos plenos en el Congreso, podemos esperar cualquier cosa. Y hablando del Congreso, estos últimos días he incluido la Carrera de San Jerónimo (donde están varados los leones) en mis recorridos mañaneros, y ayer que había pleno, sin quererlo me convertí en figurante de todos los reporteros que estaban cubriendo la noticia. ¡Y yo con esos pelos! Por suerte, entre la mascarilla y las gafas de sol, iba completamente irreconocible, que Curruquilla tiene una imagen que mantener.

Y manteniendo mi imagen me despido por hoy con un consejo. “Si es la primera vez que te calzas unos patines, no te metas por una calle cuesta abajo” ¡Menuda castaña! Y no, esta vez la castaña no me la di yo sino un chaval que eligió mal el itinerario para estrenar sus zapatos con ruedas. Esta desescalada nos va a pasar factura…

¡Mañana más!




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