lunes, 11 de mayo de 2020

50m2 - Día 40

Lunes 11 de mayo y, según dónde estés, primer día de fase 1 o de fase 0,5 pero, como siempre, una hora menos en Canarias.

Enhorabuena a todos los afortunados con el cambio de fase. En Madrid nos toca esperar a ver si aprobamos en la repesca, que tenemos a las altas esferas capitalinas enfurruñadas con eso de haber suspendido el examen, y a los de las menos altas esferas también cansados de la situación. Pero toca seguir cultivando la paciencia, esperemos que por poco tiempo más.

Eso sí, Madrid no habrá pasado de fase, pero no hay de qué preocuparse; una nueva superheroína recorre las calles de la ciudad pertrechada con su capa bicolor, dispuesta a protegernos de todo mal. Ahora estamos más seguros. Podéis verla en la fotografía paseando por una de las zonas más emblemáticas de la capital. Me ha tocado correr un poco para dejar constancia gráfica de su paso por Madrid, pero el documento merecía la pena.

Y es que estos días, ya lo comentaba el viernes con un amigo, vale todo para salir a la calle. Da igual que sea un chubasquero de plástico estando a 30 grados al sol, unas mallas de color amarillo fosforito tres tallas por debajo de la tuya o una bandera de España atada al cuello a modo de capa. Y ya no sé si es que la buena señora se levantó esta mañana con ganas de emprender el vuelo, con el sentimiento patrio subido, o simplemente le pilló el frío con todas las chaquetas ya guardadas en el armario de invierno, y la mujer se ha tenido que tapar con lo primero que tenía a mano. Todo puede ser, porque ha vuelto a hacer fresco y nos ha pillado a todos por sorpresa. Pero reconozco que me ha hecho gracia; como también me ha hecho gracia ver las reacciones de la gente con la que se cruzaba y he llegado a compartir unas risas con otro paseante tan incrédulo como yo ante tan peculiar atuendo. Y eso que ahora, con media cara oculta bajo las mascarillas, nos ha tocado aprender a sonreír con la mirada, y hay miradas que hablan sin voz y dicen mucho sin palabras.

Ahora la gente está dividida en dos bandos, el de los enmascarados y el de los que siguen luciendo jeta. Yo reconozco que he formado parte de los dos y es curioso cómo se tienen perspectivas muy diferentes según pertenezcas a uno u otro bando. Difícil explicar esa sensación de relativa inmunidad que te otorga ese trozo de tela pegado a tus narices, mientras miras a los del otro bando como si fueran los enemigos; y sin embargo al día siguiente la que está en el otro bando eres tú, irresponsable, pensando que eso no va contigo. Ahora luzco mascarilla de diseño y me voy acostumbrando a ensayar sonrisas con los ojos.

Y en otro orden de cosas, como ya os comenté, sigo pasando el confitamiento sin Netflix, ni ninguna otra plataforma de televisión de pago. ¡A lo loco! Y eso que varios amigos ya me habéis ofrecido compartir claves, y os lo agradezco, pero entre todas mis rutinas voy pasando los días sin tener muchas horas desocupadas. De hecho, paso poco tiempo delante de la tele, que no de las pantallas, pero este fin de semana me dio por ver qué nos ofrecía la caja tonta y tengo que admitir que no deja de sorprenderme la capacidad de los programadores de elegir películas adecuadas a cada situación. El sábado por la noche, Antena 3 nos ofrecía “Estallido”, una película sobre un virus mortal que se extendía sin control. Claro que sí, para animar no podían haber elegido mejor opción. Libro y a la cama.

Y antes de despedirme, hoy tengo que hacer mención especial a una fiel lectora y mejor amiga que ha decidido que, ahora que tenemos más libertad de movimientos, era buen momento de romperse la cadera. ¡Mucho ánimo! Y saludos también al pirata vasco que salió con tales ansias al monte que se esguinzó el tobillo. Ya dije que esta desescalada nos iba a dejar secuelas.

¡Cuídense! Mañana más.

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