viernes, 15 de mayo de 2020

50m2 - Día 44

Viernes 15 de mayo, fiesta de San Isidro en Madrid, y tarde de tormenta, para que no podamos salir a festejar a nuestro patrón. Ahhh, no, que tampoco se puede.
Y parece que esta tarde de viernes también será tarde de nominaciones para pasar a la siguiente fase de la desescalada. En Madrid se escuchan truenos, debe de ser que las reuniones para decidir quién pasa de fase están siendo tensas en la capital, y eso que ya hay una propuesta de “ni pa ti ni pa mí” os quedáis en fase 0,5 y todos contentos. Así no debería de haber malos rollos, ¿no?
Pero ¿eso qué es lo que es? Fase 0,5. Nos dan medio punto de consolación y a esperar tiempos mejores. A ver si para la siguiente semana arañamos otro medio puntito más y lo celebramos en un bar, todos juntos, o en la calle Núñez de Balboa, que es donde parece que ahora se corta el bacalao y se junta la “movida madrileña”.

Escribo todo esto a una hora en la que aún no se ha hecho ningún comunicado oficial sobre el cambio de fase, pero como a todos nos gusta hablar por hablar, sin saber, pues yo tampoco quería ser menos. Posiblemente antes de terminar la crónica ya tengamos el veredicto final y pueda hablar con conocimiento. En unos párrafos lo sabremos.

Y perdonad que haya empezado mi crónica del día tan política, y eso que lo más relevante del día para mí era que Pablo Casado por fin me había hecho caso pasándose por la peluquería; pero es que con todo esto de la desescalada y esas manifestaciones en cierto barrio de la capital, últimamente estoy un poco crispada. Y eso que, en cierto modo, apoyo esas protestas, ¡claro que sí! Hay que reactivar la economía del país y si tiene que ser a base de comprar cacerolas nuevas, que así sea. Atención a los dueños de ferreterías o tiendas de menaje del hogar porque os vais a forrar a vender cacerolas y cuberterías. Ya podéis preparar stock. Además, tal y como como decía completamente indignada una señora manifestante ante los micrófonos de cierto programa de televisión, “no está abierto ni el Corte Inglés”; así que, pequeños comerciantes, el negocio de las cacerolas es todo vuestro.

Y dejando a un lado todo eso que pasa en la televisión, porque a veces pienso que esto solo puede ser ficción, retomo mis aventuras y desventuras en mis 50m2 (aproximados).
Ayer, el colaborador serrano me preguntaba si ya no sigo entrenando con mi “personal trainer guapísima”, porque hace tiempo que ya no hablo de ella, pero claro que sí, ahí sigo día a día con mis ejercicios. Mis rutinas en fase 0 siguen siendo las mismas que cuando estábamos desfasados, solo que ahora madrugo para pasear. Así que, cada día abro mi calendario de entrenamientos y a seguir castigando el cuerpo y la lámpara, jaleada por mi profesora a base de “vamos guapísima”, “estás hecha una campeona”.  Eso sí, os digo que llevo casi dos meses con ella (esto ya es algo serio) y nunca deja de sorprenderme; y ya no solo porque aún no haya repetido modelito, sino porque nos tiene acostumbradas a que los videos sean en interior y hoy se ha marcado el entrenamiento del día en pleno paseo marítimo, con la playa de fondo. Estará también aprovechando la desescalada. Claro que al grabar en un espacio abierto, supongo que el micro no se escuchaba bien (y eso que potencia de voz tiene como para ser pregonera de las fiestas de su pueblo) así que el audio del vídeo de hoy ha sido su voz en off, cual locutor de programa deportivo intentando retransmitir lo que su yo exterior iba haciendo. Y no es lo mismo. Me quedo con los vídeos en interior y con sus gritos de “guapísima”, que además eso de ver la playa de fondo y yo solo mis cuatro paredes, no me ha gustado mucho.  

Y con todo este lío de fases y desescaladas, creo que voy a ir desescalando también mi crónica e iré escribiendo con la periodicidad que mi procrastinación me permita. Así que con esto me despido hasta el lunes, o martes o…

¡Nos vemos!


Seguimos confitados


No hay comentarios:

Publicar un comentario