jueves, 2 de abril de 2020

50m2 - Día 13

Ya es jueves, y tal y como nos avanzó Rober ayer en su pronóstico del tiempo, hoy hace fresco, me lo ha confirmado de buena mañana mi colaborador serrano. Aunque desde mi ventana con el solecito entrando, no podría decir lo mismo; se estaba de lo más a gusto tomando el sol, y eso que lo de “a gusto” es un decir, porque no os imagináis lo incómodo que puede llegar a ser que te alcancen unos rayos de sol en la cara, y aguantar así una hora sin perderlo. Porque sí, he estado una hora tomando el sol, de aquella manera, pero tomando el sol; que como esto dure mucho voy a acabar con un morenito agromán… Porque claro, el sol en la cara nada más, el resto del cuerpo va a seguir pareciendo pariente de Casper. Mañana igual me animo con camiseta de tirantes. ¡A lo loco! Aunque hoy no he visto a Roberto. A ver si mañana salgo toda motivada en tirantes y me cae una nevada… ¿Alguien ha visto el tiempo hoy?   

Y antes de continuar con la crónica normal, quiero volver a las “Cosas que le pasan a otros” para poneros al día de los capítulos abiertos, que ya me habéis preguntado. La gotera sigue ahí, aunque el solecito da una tregua a la ducha continua, y, contra todo pronóstico, el asunto de la caldera se ha resuelto. Esta mañana, las apuestas eran que los pingüinos se quedarían un día más a vivir con Piki, pero a media mañana ha llegado el técnico a resolver la papeleta. Y qué técnico oigan. No envío foto porque no sé si es legal, pero por la documentación gráfica recibida os puedo asegurar que era… era… Cuanto menos una persona resolutiva. Una persona de las que se quiere fumar un piti y no tiene mechero y no se achanta, no, coge el soplete y se lo enciende con el soplete. Con un par y sin pestañas. Pero bueno, lo que nos importa es que, a pesar de haber dejado la cocina como una cacharrería después de una manada de elefantes, ha podido instalar la caldera nueva y esta noche alguien más podrá volver a darse una duchita caliente. Nos alegramos.

Y ahora tengo que contaros un secreto (espero que los espías estén entretenidos con otras cosas). Estoy urdiendo un plan para escapar de mis 50m2 . Voy a enviarme en un paquete. El transporte aún funciona y parece que en la sierra me pueden dar cobijo (y si no, total, que me devuelvan) así que estoy intentando encontrar la postura para meterme en la caja y cualquier día de estos, me envío. ¿Alguien sabe cuánto cuesta mandar un paquete de unos 50 kgs? He encontrado un sello de correos 30 céntimos, pero no sé si con eso me llega, es solo un envío nacional ¿¿??
Había pensado también en cavar un túnel, pero vivo en un cuarto piso y se me antojaba excesivo atravesar todo el edificio. Ahhh, claro, que también puedo empezar el túnel desde el portal ¿cómo no se me había ocurrido? Aunque tal y como debe de estar Madrid de agujereado, seguro que acabo en el metro y encima me pillan por ir sin billete.

En fin, por ahora seguiré en casa, pero no sé por cuánto tiempo. ¿Sabéis el teléfono de MRW?

Por hoy me despido, que tengo una tarde de lo más completa. Mientras escribo estas líneas estoy en una charla sobre la foca monje (sí, puedo hacer dos cosas a la vez) y en 10 minutos una clase de danza del vientre. Y esta mañana mi entrenamiento, que no falte, y otra vez con palo, que parece que la profe le está cogiendo el gusto, y yo sin nada que barrer ya...

Lo dicho, me voy a mover el ombligo. Mañana más.



No hay comentarios:

Publicar un comentario