lunes, 13 de abril de 2020

50m2 - Día 20

Empezamos semana nueva, y ya van… varias, dejémoslo ahí.

El caso es que estoy orgullosa de mí misma (aquí el que no se consuela es porque no quiere) porque este año estoy cumpliendo mi propósito de viajar menos. Que estamos ya a mediados de abril y, os lo creáis o no, sigo sin salir de tierra patria. Y no lo estoy llevando tan mal, no. Lo de tener la maleta preparada detrás de la puerta no es por nada...
Pero bueno, ahora con poder viajar a 60 kms de distancia ya me daría con un canto en los dientes (flojito, que duele)

Hoy tengo que contaros que no sé qué les ha dado a mis vecinos que se han puesto de acuerdo para pasar el aspirador todos a la vez. Claro que, pensándolo bien, prefiero eso a que lo hagan de forma escalonada y me pase todo el día escuchando el bufido de todas las Rowenta - Roomba del edificio. Eso sí, no me he atrevido a salir a la escalera porque han debido de crear tal corriente que creo que si salgo me abduce. Y no estamos para polvos...¿no?…

Retomo hoy la sección “Cosas que le pasan a otros” pero me estoy planteando cambiarle el nombre por “¿No tienes otro momento para estropearte?”.
En este caso, lavadora averiada y de nuevo piscina privada en la cocina... Ay, cómo se nota que echamos de menos darnos un bañito, ¿ehh? Parece que tocará comprar lavadora nueva, aunque por ahora no se puede decir que sea algo urgente, total, creo que pijamas tenemos todos como para pasar tres cuarentenas juntas.
Y así, según escribo esto se me acaba de venir una idea a la cabeza, que va siempre más rápida que yo. Las lavadoras vienen en cajas grandes, tan grandes como para que quepa una persona pequeña y pueda ser transportada sin que repartidores tiquismiquis pongan caras raras por ver un brazo fuera...
Ahora vuelvo, voy a revisar mi lavadora.

Y dentro de esta misma sección y volviendo al tema de la tercera caldera averiada, tengo que aclarar que Marcial (el señor que fue a repararla) no era peluquero, sino, ojo, criador de pajaritos. Por si a alguien le podía haber extrañado que un peluquero fuese a reparar calderas, ahora ya se entiende todo mejor.

Y ahora sigo con las cosas que me pasan a mí, que también necesito mi momento de protagonismo diario, para contaros algo que me ha preocupado seriamente.
Yo soy de las que canta en la ducha o se pone música y baila. Hasta ahí más o menos normal, pero es que hoy me he sorprendido a mí misma en la ducha tarareando la musiquita del meme este de los señores negros bailando con un ataúd. Imagino que habréis recibido alguno, o algunos miles de ellos. Si no es así y no sabéis de qué hablo, dejad un comentario y os envío los que queráis. Que digo yo ¿de dónde ha salido eso? Porque ya hay memes de los memes. Y cada día nuevos y cada vídeo que abres están ahí los señores bailando con su caja a hombros y esa musiquilla pegadiza que te taladra el cerebelo interno y te hace acabar tarareándola en la ducha. Tiempos extraños estos…

Y hablando de ducha también me ha sorprendido la cantidad de pelo que decide darse a la fuga desde mi cabeza (estamos todos deseando escapar ya), que entre las canas que me arranco y lo que se cae solo, a este paso no me va a hacer falta ni peluquería cuando salga. Pero ese es un tema del que hablaremos otro día…
Por hoy ya me despido, que me espera mi charla diaria. Agenda apretada esta del confinamiento.

Mañana más.



No hay comentarios:

Publicar un comentario